No violencia en el arte: técnicas de trasferenza

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Conferencia

A no violencia es conocida sobre todo como modalidad de acción social por la reivindicación de los derechos humanos, pero es poco conocida como estilo de vida, menos todavía como un estilo expresivo artístico. La no violencia como estilo artístico no es un hecho estético superficial con formas y modalidades codificadas, sino un modo de acercarse a vivir el arte con lo que podemos sintetizar con el adjetivo de coherencia.

 

Un cuadro, como cualquier acción humana puede ser coherente, o bien presentar al su interno una compostura formal de resonancia de lo particular con lo general. Esta armonía expresiva se va realizando en una relación indisoluble con una precisa vivencia o registro interno en el que el sentimiento es coherente con las imágenes y con el resultado pictórico. Cuando realizamos un cuadro, independientemente del juicio de los otros, podemos experimentar a grandes líneas dos sensaciones: una de exacta correspondencia entre la vivencia y los contenidos expresados y la otra de conflicto y falta de exactitud de nuestra creación con lo realizado.

 

Por lo tanto, hay muchos grados de coherencia, el primer grado está en relación a un empleo apropiado de las técnicas aprendidas, o bien se trata de realizar una obra que sea coherente con nuestra preparación. Querer superar el récord mundial de los 100 metros sin tener de las capacidades es el primer acto de violencia que se manifiesta en nosotros mismos y hacia nosotros mismos. En el seminario trataremos de localizar todos los posibles caminos violentos, adquiridos gracias al entorno social, que nos llevan a fracasar y experimentar violencia en el actuar artístico.
 

Seminario

El único camino hacia la no violencia es a través del reconocimiento, la aceptación y la transformación de nuestra violencia personal. Podemos imaginar la violencia desde el punto de vista energético como un bloqueo, una isla dentro de nosotros, pero a veces también como un abismo, un tipo de agujero negro que nos saca el sentido de vivir y nos lleva a la depresión.
En el seminario se tratará de cambiar un estado interno que experimentamos como violento. Una imagen que nos oprime o que sentimos como rechazo. La expresaremos en un gran papel y nos sumergiremos en este estado tratando de reconocerlo. En un segundo momento, con las técnicas pictóricas modificaremos esta situación externa e interna al mismo tiempo.

Esta modificación a través del color y de otro “comportamiento” pictórico nos llevará a experimentar una nueva forma expresiva liberada de la oscuridad, que como un Ave Fénix renace de las cenizas.

El seminario tiene el objetivo de hacer experimentar cómo el hecho de pintar sea también "actuar", y cómo esta acción pueda tener características muy diferentes dependiendo del lugar de partida de la imagen que se quiere expresar.
 

Argumentos del seminario

● Las funciones sociales e individuales del arte
● La intencionalidad transportada por los objetos
● Los diferentes niveles de coherencia
● El modelo energético
● Correspondencia entre formas, colores y no violencia
 

A quién se dirige

A todos los que quieren comprender los mecanismos emotivos y psicológicos que entran en juego en la creación artística. Participación máxima: 12 personas.
 

Duración

El curso tiene una duración total de un fin de semana de 16 horas.
 

Costes

Cada seminario tiene un coste de 200 euros más la comida y el alojamiento.

 


Extracto de la conferencia

Las formas expresivas como traducción de las energías vitales

 

Para poder intentar imaginar cómo podría ser una estética que represente un sentimiento no violento en la pintura y en la escultura, se necesita ante todo reconocer cómo se expresa la violencia en estas formas artísticas.

 

La violencia en lo estético occidental, por cuanto ingenuamente se crea que el arte esté excluido de ello, no solo está muy difundida sino que podríamos decir que es predominante. Nuestra dificultad crítica frente a la violencia del arte contemporáneo se localiza en la falta de un modelo suficiente de análisis que nos permita poder evaluar la mayor parte de las creaciones que van de los años '50 en adelante. Podríamos afirmar que se ha creado un vacío crítico en el cual todo el contrario de todo es arte porque la crítica actual no logra ir más allá del "subjetivismo" de lo bello, haciendo caer la estética contemporánea en una cuestión de "gusto personal". Pero nosotros sabemos que quizás no exista el "gusto personal" en una sociedad en la que el poder financiero manipula los estados, la información, las sociedades, y por lo tanto también el arte, para orientar los gustos hacia modelos violentos, explícitos o tácitos.

 

En esta intervención trataremos de trazar nuevos posibles modelos críticos que pueden orientarnos hacia una mayor conciencia de la violencia en el arte, pero también, se tratará de establecer nuevos criterios generales que puedan orientar el artista hacia modalidades creativas que aspiren a una estética noviolenta.

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